22 abr 2010


Por Alejandro Contreras

No me voy a molestar en redactar mi propia sinopsis, así que os dejo la sinopsis oficial: "Fernando (Andres Gertrúdix), vive en el corazón del Barrio Chino de Barcelona, donde se busca la vida traficando con anfetaminas y alternando con una peculiar galería de siniestros personajes. En uno de esos amaneceres robados a la vida, Fernando conocerá a Elsa (Irene Escolar), una joven adolescente, dulce y vitalista, con una personalidad apasionada y autodestructiva que se convertirá sin quererlo en su mayor adicción. Juntos tratarán de sobrevivir en una Barcelona canalla y sombría que al caer el día es tomada por los renegados de la sociedad y sus particulares códigos".

Desconozco como fue el pase en el Teatro Cervantes, pero en el Albeniz fui testigo como gente se iba de la sala a los 20 minutos de proyección. Y a los 30. Y a los 40, y así hasta que acabó. ¿Por qué alguien se iría de una sala de cine donde está viendo una película de estreno que le ha costado 6€? Pues sencillamente porque es pretenciosa e insufrible.

Una película que se forja sobre la fascinación que Fernando tiene sobre Elsa, cuando el personaje de Elsa no interesa lo más mínimo, con unas frases grandilocuentes nada creibles y que no vienen a cuento. Encima se han equivocado con la actriz que han elegido para ese personaje, ya que si el personaje interesa poco, ella lo destroza. Cada vez que aparece Irene Escolar en escena, la película baja varios enteros. ¿Quién engañaría a Karra Elejalde, Roger Pera y sobre todo a Andrés Gertrudix (el "Javier" de PIEDRAS (2002)) para participar en este bodrio?

Lo que pretende ser la Barcelona de los años 80s podría ser perfectamente la Galicia del 2007. Rodrigo Rodero, el director, realmente lo que querría era hacer una historia con cuatro o cinco videoclips conectados de mala manera... es como si fuera un musical donde la historia es una patraña. Helena Miquel (la chica de Delafé y las Flores Azules) realmente consigue relucir en este despropósito con sus pocas frases y un par de canciones que es lo poco salvable de la película. Ni siquiera el SOÑAR CONTIGO de Toni Zenet luce.

Todo es tan artificial, tan... me quedo sin palabras. Esos planos donde la camara se queda fija en las cortinas de una chabola gitana durante cinco minutos son de denuncia en una comisaria. Según el director lo que se busca es que la audiencia se imagine lo que está ocurriendo, al igual que los españolitos de los 80s se imaginan el contenido de las canciones en inglés (el leit-motiv de EL IDIOMA IMPOSIBLE (2010)).

En serio, qué cosa más mala. Cuando ya piensa uno que la cosa no puede ir a peor, aparece una procesión de la comunidad gitanas donde suena LA SAETA de Serrat. Todo es tan absurdo. Y para rematarte ya, la historia está mal contada, hay tantas elipsis para crear misterio que termina por estar mal contada la historia.

Entiendo que uno puede tener un resbalón y hacer un truño como un puño como éste, pero encima tener que ir a una ciudad a su festival y defenderla... eso si que es tener valor. ¿Es que el director no tiene amigos de esos que dicen las verdades a la cara?

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