1 abr 2011
Por Alejandro Contreras
Santi (Diego Martín), Diego (Ernesto Alterio) y Víctor (Alberto Lozano) han sido amigos de Nacho (Ramón Esquinas) desde que eran pequeñitos. Siempre les animaba a competir en aspectos que ponían en jaque su ingenio y su valor, alimentando así el espíritu de competitividad entre todos. Regresando a casa tras haber estado viendo el derbi entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, Nacho les propone una nueva apuesta cuyas consecuencias le costará la amistad con los otros tres.
Diez años después, Santi, Diego y Víctor vuelven a tener noticias de Nacho que durante ese tiempo se ha convertido en un famoso presentador de televisión. Santi sigue siendo el eterno ligón que aún vive con su madre, Diego trabaja en un bufete de arquitectos mientras su mujer Carolina (Goya Toledo) lo manipula como quiere, y Víctor sigue poniendo multas de aparcamiento sin apenas tener tiempo para disfrutar de su hijo tras su divorcio. La noticia no es otra que la muerte de Nacho tras una dura enfermedad terminal.
Los tres amigos acuden a su entierro donde se les acerca el abogado de Nacho. Éste les informa que Nacho les había dejado un mensaje grabado en video. En ese mensaje les cuenta que les propone una apuesta póstuma: le dejará su herencia de 17 millones de euros a aquel de los tres que consiga sumar la mayor cantidad de audiencia en los minutos que aparezca en televisión.
Además del guión, Borja co-dirige la película con Marcos Cabotá siendo para ambos su primer largometraje. Ambos tenían la misma visión para la película y su colaboración funcionó a las mil maravillas. Con esta comedia de efectos balsámicos como ellos mismo la describen, confeccionan un producto hecho por y para el público sin tener en mente el conseguir premios. Conscientes de la buena acogida que el Festival de Málaga tiene con las comedias esperando que el público responda positivamente a su propuesta.
Y realmente esta comedia funciona muy bien. Lo más triste en una comedia es que no te rías, y por suerte ocurre todo lo contrario en AMIGOS... (2011). Con multitud de gags que funcionan y la suerte de contar con tres protagonistas como Diego Martín, Ernesto Alterio y Alberto Lozano dotados con la suficiente vis cómica que necesitaba su película. Manuela Velasco y Goya Toledo acompañan a los protagonistas en una cinta sobre el género masculino, su irracionalidad, su inmadurez y su falta de personalidad. Pero también es una historia que nos habla sobre la amistad entre hombres además de esa crítica velada a la televisión. 
En la rueda de prensa posterior a la película, algún periodista puso el grito en el silencio por la parodia que se hace del accidente del bailaor Farruquito, pero no es más que una polémica inocua y artificial que no tiene pies ni cabeza. Mucho más irreverente es cualquier película de Torrente, y la referencia a Farruquito es tan sólo algo anecdótico. En la película podremos ver a Diego Martín haciéndose pasar por peruano para poder participar en un talk-show, a un desatado Ernesto Alterio como el nuevo concursante transexual de Gran Hermano y a Antonio Lozano una víctima estrella de la televisión, además de una dificilísima escena rodada en la Puerta del Sol de Madrid en Nochevieja, todo un alarde y a priori una idea algo suicida. Sin olvidar que hay algún otro cameo bastante acertado que no os voy a desvelar.
Con muchas posibilidades de ser finalmente elegida con el premio del público del 14FMCE, AMIGOS... (2011) es una comedia que funciona muy bien, con la que te ríes bastante sin mayores pretensiones. Seguro que tras su estreno el próximo mes de julio, se convertirá no sólo en una de las películas españolas más taquilleras del verano sino también de todo el año.
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