4 may 2012




Por Alejandro Contreras.

El 2011 ha sido un año de especial lucimiento para el cine francés que ha estado coronado por el éxito en los premios más importantes del mundo del cine para THE ARTIST (2011), e incluso en los César de la Academia de cine francesa. Pero para el público francés esa no ha sido la película más relevante del año sino INTOUCHABLES (2011), que desde su estreno el pasado mes de noviembre consiguió en tan sólo 9 semanas ser la película francesa más taquillera del año, rompió el record de semanas consecutivas en el número uno de la taquilla francesa, y además se ha convertido ya en la segunda película francesa con más espectadores del cine galo, solo por detrás de BIENVENUE CHEZ LES CH'TIS (2008). 


Y no sólo gana por sus espectaculares cifras en taquilla, sino que además el 52% de los franceses la ha votado en una reciente encuesta como el evento cultural del año 2011. La pregunta que cualquier que no haya visto la película se hace es ¿Qué tiene INTOUCHABLES (2011) para conseguir este efecto en la gente? Cualquier que ya haya visto la película conoce la respuesta.

Su pase en el pasado Festival de San Sebastián 2011 fuera de concurso y en la gala de clausura, donde la atención estaba en el controvertido palmarés, hizo que pasara un poco desapercibida. Fue en Tokyo Sakura Grand Prix donde consiguió ser premiada como la mejor película del festival internacional de Tokyo y el premio al mejor compartido entre sus dos protagonistas:Francoiz Cluzet, una estrella de toda la vida del cine francés, y el recién llegado Omar Sy que apunta maneras a ser una prometedora estrella en el país galo.

La carrera de Olivier Nakache y Éric Toledano camina conjuntamente. Ambos han rodado juntos tres cortometrajes, una serie de televisión y cuatro largometrajes incluyendo INTOUCHABLES (2011), encargándose no sólo de la dirección sino también de los guiones en la mayoría de las ocasiones. No es la primera, ni será la última, ocasión donde un tándem perfectamente acoplado consigue desarrollar su trabajo en el cine de manera conjunta como si fueran una única persona.

Gracias a un documental Olivier Nakache y Éric Toledano descubrieron la historia real que más tarde sirvió para el guión de  INTOUCHABLES (2011). De ahí surge la idea para contar la particular relación entre Phillippe (Francoiz Cluzet), un acaudalado aristócrata tetrapléjico, y Driss (Omar Sy), joven senegalés que acepta trabajar como su cuidador personal. Con un relato que se mueve entre elementos dramáticos tan duros, es admirable como han conseguido sortearlos para presentar una historia tan amable, tan positiva y tan llena de vida.
Una comedia ante todo debe ser divertida, y ésta lo es. Exige tener la suficiente inteligencia para poder reírse un poco de todo, probablemente la que le faltó al redactor de la revista norteamericana Variety que la calificó como “ofensiva”.  En ningún momento se burla de las víctimas del genocidio nazi, ni de los minusválidos, ni de las minorías étnicas,…, sino todo lo contrario. INTOUCHABLES (2011) invita a desdramatizar todo, a ser capaz de encontrar la diversión en los momentos más duros y a aprender a vivir con una mentalidad más optimista.

Dos días antes de ganar Jean Dujardin su Oscar por THE ARTIST (2011) era el máximo favorito para el Césaral mejor actor protagonista, pero ese premio fue para Omar Sy por su gran interpretación y también como premio al personaje que representa. La compañía de los Weinstein ya se ha hecho con los derechos de la película fuera de Francia, así que no me sorprendería ver pronto un remake de esta misma película con grandes estrellas de Hollywood.

Coincide en su arranque con una persecución de coche que no tiene nada que envidiar con la que arranca DRIVE (2011), aunque sean dos películas muy distintas entre sí. Desde esa primera escena uno descubre que está en una película muy especial, capaz de ser tierna y humana con un punto canalla y evitando la ñoñería. INTOUCHABLES (2011) es de esas comedias que a pesar de su sencillez, son tan difícil de conseguir, y que recuerda a títulos como AS GOOD AS IT GETS (1997) donde además de ver una buena película sales del cine con una sensación muy reconfortante, y con ganas de animar a todos a que vayan a verla. No os la perdáis.


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