24 may 2012



Por Alejandro Contreras.

SHOTGUN STORIES (2007) fue el primer largometraje de Jeff Nichols, donde además de dirigir era responsable del guión. Tanto su narrativa como su dirección no pasaron desapercibidos en numerosos festivales independientes como Austin, Seattle o Viena que no dudaron en galardonarle. Incluso consiguió una nominación en los Spirit Awards 2008 al Premio John Cassavetes al que sólo pueden optar producciones cuyo presupuesto no exceda del medio millón de dólares.

Cuatro años después, y con un presupuesto de más de 5 millones de doláres, Jeff Nichols pone en marcha su segundo largometraje, TAKE SHELTER (2011). Este segundo guión nos lleva a Ohio donde un padre de familia comienza a sufrir pesadillas que le terminan obsesionando. Para este personaje repite con el mismo protagonista de su opera prima, aunque en esta ocasión Michael Shannon ya puede presumir que entre una y otra ha conseguido su primera nominación al Oscar por su interpretación en REVOLUTIONARY ROAD (2008).

En esta ocasión Michael Shannon da vida a Curtis LaForche, quién está sufriendo sueños con tintes apocalípticos. Con una madre que a una edad parecida a la suya fue internada por un cuadro de esquizofrenia, les esconde a su esposa Samantha (Jessica Chastain) y a su hija Hannah (Tova Stewart) aquello que tanto le angustia. Ni su familia ni sus compañeros de trabajo comprenderán el cambio de actitud de Curtis LaForche que no puede evitar hacer todo lo posible por proteger lo que más quiere.
  
TAKE SHELTER (2011) ha sido el espaldarazo definitivo de Jeff Nichols. El buen sabor de boca de su debut, le dio la posibilidad de que esta segunda película se estrenara en Sundance 2011, para varios meses desembarcar en Europa en el Festival de Cannes 2011.  De allí se fue con el premio de la semana de la crítica y otro por su guión que abrieron el camino para muchos otros premios. Consiguió 5 nominaciones a los 2012 Independent Film Spirit Awards, tantas como THE ARTIST (2011), y muchos apuntaron que Michael Shannon podría optar a un Oscar. Al final no pudo ser y tuvo que pasar a la lista de aquellos que sorprendieron este año por no conseguir la nominación, incluyendo al Michael Fassbender de SHAME (2011) y al Ryan Gosling de DRIVE (2011). 

Un original arranque que nos tiene durante un par de horas con la duda de que si las pesadillas son realmente premonitorias o si el protagonista está sufriendo de esquizofrenia. Duda que no queda resuelta hasta los últimos planos de la película, después de un par de falsos finales que no intenta confundir. Una historia interesante en su comienzo y en su final, pero que se alarga demasiado en su desarrollo, hasta el punto de romper toda la tensión creada. Eso no quita para que Jessica Chastain esté fantástica, como en todos sus trabajos del 2011, y que Michael Shannon luzca como el gran intérprete que es.

Probablemente el mayor problema de  TAKE SHELTER (2011) es lo fresco que tenemos en el recuerdo una película tan impresionante como MELANCHOLIA (2011) de Lars von Trier. La sutileza, la complejidad y el desasosiego que mostró el danés, queda a varios niveles por encima del trabajo de Jeff Nichols. Las comparaciones son odiosas y en esta ocasión aún más.


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